EL JAGUAR: LA NUEVA VÍCTIMA DEL COMERCIO ILEGAL

EL JAGUAR: LA NUEVA VÍCTIMA DEL COMERCIO ILEGAL

Venerado como un dios animal por incas, mayas y aztecas, el hombre compartió el bosque en armonía con "el hijo del Sol" durante milenios, pero el avance del cemento, el hormigón y la deforestación por la presión humana ha colocado a este fascinante felino en serio riesgo de extinción en muchas regiones.

A su vez, las mafias del tráfico de especies están mirando hacia el jaguar como una nueva víctima, en parte como alternativa al tigre cuya persecución y tráfico de sus partes están mucho más vigilados.

Los últimos jaguares o yaguaretés sobreviven en 18 países del centro y sur de América, desde México a Argentina. Prácticamente extinguido en EE.UU., El Salvador y Uruguay, según la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) solo quedan 64.000 jaguares en libertad, el 90% de ellos en países amazónicos.

En el punto de mira de las mafias

A mediados de los 70 y gracias al apoyo de nuestros socios y socias y a los controles de CITES, conseguimos reducir su trampeo con destino a zoológicos y la venta de sus pieles en Europa y EE.UU. Pero el furtivismo y el comercio ilegal de sus partes (pieles, patas, garras y colmillos) continuaron a nivel local y, últimamente, el problema se ha extendido y agravado situando al jaguar como nueva víctima muy codiciada por las mafias del tráfico de especies.

Para algunos traficantes el jaguar es considerado el sustituto ideal de los huesos de tigre para la medicina tradicional oriental. Sobre todo entre la comunidad asiática que vive en Latinoamérica o en China, principal destino del tráfico ilegal de sus partes, donde sus testículos son utilizados como afrodisiaco y sus garras y colmillos para fabricar llaveros y colgantes a modo de talismán.

 

Objetivo WWF 2030: recuperar al jaguar

A principios de noviembre en WWF presentamos el Plan Jaguar 2030, con acciones para recuperar sus poblaciones y sus hábitats en 14 países de su área de distribución. En los próximos años vamos a fortalecer el llamado Corredor del Jaguar, asegurando y mejorando la conectividad en 15 paisajes prioritarios para la especie, a estimular el desarrollo sostenible en las regiones donde vive el felino y reducir sus conflictos con las comunidades locales.

Conservando el jaguar y su hábitat, contribuiremos a revertir la pérdida de especies y a disminuir la probabilidad de aparición de nuevas enfermedades de origen animal y pandemias, como la COVID-19.

Te necesitamos

No podemos perder el rugido del jaguar y necesitamos tu ayuda para seguir luchando contra las mafias del tráfico de especies y hacer realidad el Plan Jaguar 2030. Hoy estamos a tiempo de salvarlo. ¿Contamos contigo?